El desarrollo urbano es un proceso consumidor de tiempo y de recursos. Requiere unir esfuerzos entre organizaciones, instituciones e individuos. También requiere de la utilización de fondos gubernamentales y privados.
En nuestra ciudad hay varias zonas que han comenzado a atravesar este proceso de desarrollo. La oportunidad para un nuevo comprador, precisamente es poder ver el beneficio de invertir hoy; cuando el proceso de transformación aún no ha culminado. Esto permitirá que pueda comprar a valores inferiores al que los terrenos presentarán una vez finalizada la etapa de transformación, como por ejemplo: asfalto o empedrado; cordón cuneta, servicios de luz, agua, etc.
Si bien es cierto que en este momento el común de la gente suele avizorar una etapa económica de incertidumbre, ello no debe detener la inversión; ni por especulación o por no saber qué va a pasar a corto plazo.
No hay duda que los precios aún se mantienen diferenciales frente a la constante inflación y al desarrollo urbano.
La no decisión de compra es pagar un precio mucho más alto a futuro, en contraposición a comprar “hoy” y que la revalorización del terreno forme parte del patrimonio familiar. El momento justo de comprar es precisamente cuando las obras están en proceso y en constante avance.
Por citar ejemplos podríamos nombrar ciertas avenidas que por el peso de la transformación han revalorizado zonas y barrios:
-Av. Juan José Paso
-Av. José Cabrera
-Av. Ituzaingó
-Av. Santa Cruz
-Av. Pueyrredón (en proceso)
-Zona alrededores Itaembé Guazú
Quien supo anticiparse ganó, quien compró después compró más caro y en algunas circunstancias más de un interesado ha quedado al margen de poder acceder a la inversión debido a las restricciones en sus posibilidades económicas.
Abrir los ojos a la urbanización sin dudas mejora la calidad de vida de una comunidad, pero también cambia los valores de las propiedades y no da tregua para pensar eternamente.
Lic. Luciana Beyer De Carlés
Gerente de Marketing y Comunicación
Grupo Carlés
info@carles.com.ar