Muchos propietarios cometen el grave error de colocar el valor que consideran correcto para sus propiedades, sin consultar a un asesor especializado, creyendo que van a venderlas sin problema.
La realidad es que todo el mundo buscó cubrirse poniendo precios de locos a sus propiedades nuevas o usadas. Esto ha pasado a ser un desatino y los dueños tienen que entender que no hay personas en la calle que compran sin consultar lo que les ofrecen. La gente pregunta, recorre y se fija muy bien antes de comprar. Por ello, inevitablemente, el precio lo termina poniendo la demanda, y quien quiera vender tendrá que adecuarse a valores de mercado.
En todo caso lo que deben hacer es evaluar de forma sincera y objetiva para qué realmente están queriendo vender su propiedad, y ajustar la viabilidad de lo que quieren lograr con la venta de la misma. Doy un ejemplo extremo de situaciones que en mi profesión me ha tocado explicar a los dueños que lo que desean hacer es inviable: muchos propietarios quieren vender su casa en Itaembé Miní para comprar otra vivienda que esté a 4 cuadras del centro y que le sobre una parte del dinero de la venta como “para hacer algo”. Esto, para que se entienda más claramente, si lo comparo con otra circunstancia es como si yo quisiera vender un VW Gol Trend 2.010 para comprarme un Ford Focus 2.012, sin poner dinero encima y con la idea de que me sobre “una punta” (como suele decir la gente).-
Para un asesor de ventas esta situación a veces es una ardua tarea: explicar a algunos propietarios que a ciertos valores no podrán vender sus inmuebles debido al sobreprecio que otorgan a sus propiedades. Pasará el tiempo y no resolverán sus necesidades y las personas ávidas de comprar, tampoco. Pocos están dispuestos a asumir que el gran enigma de la cuestión, está en el precio y hoy más que nunca dicho valor tiene que estar ajustado.
Eduardo Casco
Asesor de Ventas
Carlés Casas & Terrenos