Hay que estar preparados para ser absolutamente objetivos. Esto significa que si lo que está en venta es tu casa o tu terreno, debes separar aquello que es puramente emocional (apego, recuerdos, sensaciones) del valor de mercado. El futuro comprador sólo se interesará por la ubicación, tamaño, entorno y estado del inmueble, y no en cuanto “significa” dicho inmueble para el propietario.
Con la situación económica actual si no recibes ofertas en un largo periodo de tiempo es porque posiblemente la propiedad no valga un precio que hoy se pueda pagar. Por ello, es necesario repensar la propuesta varias veces antes de dar una respuesta.
Como especialistas del sector, recomendamos que si realmente se quiere vender el inmueble se acepten ofertas razonables puesto que quizás se tarde mucho tiempo en volver a escuchar otras propuestas. Por otra parte, si existe la necesidad real de vender, el riesgo a correr es que si se rechaza una oferta hoy, probablemente haya que aceptar una oferta aún menor en un futuro.
Aquellos propietarios que decidan mantener un precio sobrevaluado tendrán que aceptar la larga espera de no poder vender.
Por otra parte, quienes estén ávidos de comprar y encuentren en el mercado precios razonables, es decir, aquello que llamamos precio justo de mercado, deben tomar una actitud decisiva y segura. Realizar la compra hoy, sin dilatarla, puesto que los precios como mínimo van a acompañar a la inflación pero no sufrirán bajas abruptas de precio. Si tenemos en cuenta el desarrollo urbano de la ciudad de Posadas, muchas zonas han revalorizado sus precios debido a los cambios en la infraestructura y en los servicios. Y es precisamente este desarrollo urbano uno de los componentes determinantes en el precio.
Ya llegada esta instancia en el proceso de venta, hay que tener paciencia. La mayor parte de los acuerdos se logran después de algunas ofertas y contra-ofertas.
Lic. Luciana Beyer De Carlés
Gerente de Marketing y Comunicación
Grupo Carlés