Si puede haber un tema que le compita mano a mano al mundial de Brasil, ese será sin dudas el conflicto que por estos días mantienen la Argentina y los Fondos Buitres, si bien dicho conflicto ya lleva más de 10 años pero ahora entró en una especia de recta final. Es que tal como se preveía, los fondos buitres salieron victoriosos luego de que la Corte Suprema de Justicia de los EUA no tomara el caso, validando así la sentencia previa del Juez Thomas Griesa de pagarles el 100% de la deuda (unos USD 1.330 millones), pero con una complicación adicional no menor. Es que de pagar a los fondos buitres se podría gatillar una catarata de demandas de los bonistas que si aceptaron los canjes 2005/2010, debido a la famosa clausula RUFO que no permite pagarles a los fondos buitre el 100% de su deuda sin que los bonistas del canje no se sientan perjudicados por haber aceptado antes una quita importante.
Por lo tanto, lo que vamos a tratar ahora, son los efectos directos en la economía nuestra de cada día que implicaría entrar en default, puesto que hoy nos encontramos en una especie de moratoria hasta el 31 de Julio, fecha en que estaremos oficialmente en problemas de no solucionar este conflicto antes:
- En cuanto a los mercados, la volatilidad será su principal característica, es decir, constantes alzas y bajas pronunciadas de las principales acciones, aun cuando el mercado de valores de la Argentina (MERVAL) es realmente muy pequeño.
- Mayor brecha cambiaria que surge de la diferencia entre el dólar paralelo y el oficial, además por supuesto de aún mayores restricciones a las actuales en vigencia. Si el default se viniera, el dólar escasearía y las expectativas de compra serían muy altas.
- El impacto directo de un default en una economía que ya viene fría hace tiempo, es menor crecimiento (recesión) con mayor inflación, o sea una estanflación y con inversiones que se contraerían al mínimo.
- Una caída abrupta del comercio exterior en el mediano plazo es tal vez lo más grave a suceder ya que se cortarían todas las líneas de crédito y las relaciones bilaterales.
- Al no tener superávit comercial producto de una caída del comercio exterior, no habrán fondos para comprar energía en dólares y al contado, necesarios porque no tenemos autoabastecimiento ni créditos. Esto llevará sin dudas a mayor devaluación y emisión monetaria y los problemas adicionales que eso conlleva.
- Tendríamos una seria dificultad para financiarnos con costos altísimos, a pesar que hoy en el mundo la liquidez es alta y las tasas son bajas. Las provincias que ya estaban alistadas para emitir deuda tendrán que rever sus tasas, las cuales suelen ser prohibitivas para los pocos países que incumplen a nivel internacional. Eso genera también presión de corto y mediano plazo para el pago de sueldos públicos, asignaciones, aguinaldos y programas sociales.
- A pesar de que actualmente el sector privado ya está más que ajustado, habrán mayores a recortes y ahí no se salvaría ni el sector público, que para colmo en nuestro país tiene un tamaño desmedido.
- Con menor empleo y sueldos con dificultad de ser cumplimentados en tiempo, pondría al consumo, caballito de batalla de los últimos años, contra las cuerdas. Adicionalmente, las tasas altas le impedirán al consumidor minorista financiarse en forma barata, porque entrar en un default encarece tanto las tasas externas como internas.
- Habrá que reestructurar la deuda con el ANSES, lo cual llevará mucho tiempo y costosas comisiones.
- Habría un impacto directo en la Inversión Extranjera Directa (IED), por la simple razón que nadie vendrá a invertir en un país que no cumple con sus pagos ni incentiva la inversión. Este ítem quizás es de los más duros post default y para cualquier país que intente crecer y no convivir en el estancamiento con escasos productos, además de caros y de mala calidad.
Argentina entra en tiempo de default y el costo de incumplir es sin dudas mayor al de solucionar el problema, se lo mire, por donde se lo mire. Por lo tanto, es imperativo arribar a buen puerto.
Lic. Alejandro Rodríguez
Ejecutivo de Inversiones
Carles Inversiones